LA TRAGEDIA DEL AMOR NARCISISTA
ESTE TRISTES MITO GRIGO HABLA DE PASIÓN Y RECHAZO, Y MUESTRA CÓMO LA REPRESALIA Y LA VENGANZA, LEJOS DE OFRECER CONSUELO, TAN SOLO INCREMENTAN LA AGONÍA. Y LO QUE ES MÁS IMPORTANTE, IMPLICA QUE SI NO NOS CONOCEMOS A NOSOTROS MISMOS, PODEMOS PASAR LA VIDA BUSCANDO ESTE CONOCIMIENTO SUMIDO EN LA AUTOOBSESIÓN, LO QUE SIGNIFICA QUE NO SEREMOS CAPACES DE OFRECER AMOR A LOS DEMÁS.
Había una vez un joven llamado Narciso. Su madre, ansiosa por averiguar el destino de su hijo, consultó al adivino ciego Tiresias. “¿Vivirá hasta la ancianidad?”, le preguntó.
“Hasta tanto no se conozca a sí mismo”, replicó Tiresias. De modo que la madre se aseguró de que el hijo no viera nunca su imagen en el espejo. Al crecer, el chico resultó ser extraordinariamente hermoso y despertaba amor en todos cuantos lo conocían. Aunque nunca había visto su cara, podía adivinar a través de las reacciones ajenas que era bello; pero nunca se sentía seguro, de modo que para ganar confianza y seguridad en sí mismo dependía de que los demás le dijeran cuán bello era.
En consecuencia, se convirtió en un joven absorbido por su propia persona.
En consecuencia, se convirtió en un joven absorbido por su propia persona.
Un día, Narciso se puso a caminar por el bosque a solas. Ya entonces había provocado tantos halagos que comenzó a creerse que nadie era digno de mirarlo.
En el bosque vivía una ninfa llamada Eco. Esta había disgustado a la poderosa diosa Hera por parlotear demasiado; exasperada, Hera le había arrebatado el poder del habla excepto para responder a la voz de otro. E incluso entonces, solo podía repetir la última palabra pronunciada.
Eco hacía tiempo que se había enamorado de Narciso, y lo siguió por los bosques esperando que le dijera algo porque, de otro modo, ella no podía hablarle.
Pero aquel se hallaba tan envuelto en sus propios pensamientos que no notó que ella lo seguía a todos los lados.
Finalmente, Narciso se detuvo al lado de una laguna, en un bosque, para apagar su sed, y ella aprovechó la ocasión para sacudir unas ramas y atraer su atención.
-¡Ahí –regreso la respuesta de Eco.
-¡Ven aquí! –dijo Narciso, bastante irritado.
-¡Aquí! –repitió ella, y corrió desde los árboles, extendiendo sus brazos para abrazarlo.
-¡Vete! –grito airado-. ¡No puede haber nada entre alguien como tú y el bello Narciso!
-¡Narciso! –suspiro Eco tristemente; y desapareció avergonzada, murmurando una oración silenciosa a los dioses para que este joven orgulloso pudiera algún día saber lo que significaba amar en vano. Y los dioses la oyeron.
Eco trató desesperadamente de lograr la atención del bello joven, pero Narciso se había enamorado de su propio reflejo, obsesionado por la imagen en el agua que nunca podía poseer.
Narciso regresó a la laguna para beber y observó el rostro más perfecto que había visto nunca. Instantáneamente se enamoró del impresionante joven que tenía delante. Se sonrió, y el bello rostro le devolvió la sonrisa. Se inclinó hacia el agua y besó los rosados labios, pero su contacto rompió la clara superficie y el bello joven se desvaneció como un sueño. Tan pronto como se retiró y se quedó quieto, la imagen regresó.
-¡No me desprecies de ese modo! –Le suplicó Narciso a la imagen-. Soy el que todos los demás aman en vano.
-¡En vano! –grito Eco desde el bosque con tristeza.
Una y otra vez Narciso se acercó a la laguna para abrazar al bello joven, y en cada ocasión como si de una burla se tratara, la imagen desaparecía.
Narciso pasó horas, días y semanas contemplando el agua, sin comer ni dormir, tan solo murmuraba: -¡Hay de mí!
Narciso pasó horas, días y semanas contemplando el agua, sin comer ni dormir, tan solo murmuraba: -¡Hay de mí!
Pero las únicas palabras que le llegaban eran las de la infeliz Eco. Por último, su apesadumbrado corazón dejó de latir y quedó frío e inmóvil entre los lirios acuáticos. Los dioses se conmovieron ante la visión de tan bello cadáver y le transformaron en una flor que ahora lleva su nombre.
En cuanto a la pobre Eco, que había invocado semejante castigo en su frío corazón, no obtuvo de su oración nada sino dolor. Se consumió hasta que no quedó nada de ella excepto su voz; e incluso hoy en día solo se le deja decir la última palabra pronunciada.
Análisis del mito
Una lección muy importante que podemos extraer de este mito es que el amor sólo puede florecer en una atmósfera en la que prevalece el entregar sobre el recibir; y esto solo puede ocurrir cuando ambas personas están conscientes de si mismas y son capaces y desean comunicarse. El término “Narcisismo” se utiliza en psicología para describir a una persona incapaz de relacionarse con alguien distinto a si mismo. Normalmente este es el resultado de una educación en la que se malogra y se encorseta al niño; nunca se le ve como individuo y, por lo tanto, él nunca aprende a verse a sí mismo. Si no nos valoramos como verdaderas personas, no podremos confiar nunca en el amor de los demás, y menos ofrecerles el nuestro. Este mito nos alerta de que semejante autoobsesión puede conducir a la crueldad, al estancamiento y a la perdida de todo crecimiento futuro y todo potencial creativo; en otras palabras, a una muerte psicológica.
Dinos que opinas de esto y dejanos tus comentarios.
Pobre Narciso!! Al fin y al cabo Staba condenado a NO ser Kerido por nadie... ¡Santo Dios, Q no me Su-C-da a mí! :(
ResponderEliminarSi pobre narciso…
ResponderEliminarYo pienso que todos necesitamos sentirnos especiales y amados, pero siempre con relación a quiénes realmente somos, no con relación a una fantasía idealizada de perfección, pues como vemos muchas relaciones hoy en día fracasan o generan gran crueldad o infidelidad por que ambas partes no han sido nunca amadas por ellas mismas. Además también puede ser que en su niñez, no experimentaron un reconocimiento auténtico como personas y, en la edad adulta están buscando constantemente el llenar una terrible sensación interna de vacío suscitando el amor de otros para después rechazarlo cuando se acuerdan de que carecen de valores.
Eco y Narciso son dos caras de la misma moneda, cada uno reflejando la irrealidad del otro. Besos.
Las personas en muchos casos vivimos sumergidos en nuestro ego, orgullo; olvidándonos que igualmente somos seres humanos y debemos tratar a los demás como nos gustaría ser tratados, nos volvemos egoístas, en esta medida nos ensimismamos, es decir, no abrimos las puertas de nuestra mente y corazón para entender y comprender a quienes nos rodean, perdemos la oportunidad y dejamos pasar gente que podría ser importante en nuestra vida como nosotros para ellos.
ResponderEliminareste y otros mitos son fantasticos porque nos llevan a reflexionar sobre cosas cotidianas en las cuales muchas veces estamos fallando y podemos corregir
ResponderEliminarEste mito nos lleva a reflexionar que cada ser humano es valioso e importante, que por mas insignificante que parezca merece respecto y cariño; y para poder entenderlo primero debemos observarnos nuestros propios errores y defectos .A partir de eso podremos aceptar a los demás tal y como son porque cada individuo es un mundo totalmente diferente .Así que: Quiérete lo suficiente, respétate y des lo mejor de ti sin esperar nada a cambio.
ResponderEliminarmuy acertados los comentarios de todos ustedes.... esperemos y no nos suceda a nosotos, hay que valorarnos pero no de una perspectiva altisima cmo narcizo .... si no que con conocernos y amarnos tal cual somos con virtudes y defectos....saluudos... att.ashtart_90
ResponderEliminar